A continuación se hace el acto penitencial, al que el sacerdote invita a
los fieles, diciendo:
1.
Hermanos:
para celebrar dignamente estos sagrados misterios,
reconozcamos nuestros pecados.
O bien:
2.
El Señor Jesús,
que nos invita a la mesa de
la Palabra y de la Eucaristía,
nos llama ahora a la conversión.
Reconozcamos, pues, que somos pecadores
e invoquemos con esperanza
la misericordia de Dios.
O bien:
3.
Al comenzar esta celebración eucarística,
pidamos a Dios que nos conceda
la conversión de nuestros corazones;
así obtendremos la reconciliación
y se acrecentará nuestra comunión
con Dios y con nuestros hermanos.
O bien:
4.
Humildes y penitentes,
como el publicano en el templo,
acerquémonos al Dios justo,
y pidámosle que tenga piedad de nosotros,
ya que también nosotros reconocemos
que somos pecadores.
O bien:
5.
Jesucristo, el justo, intercede por nosotros
y nos reconcilia con el Padre.
Abramos, pues, nuestro espíritu
al arrepentimiento,
·para acercarnos a la mesa del Señor.
O bien:
6.
El Señor ha dicho:
El que esté sin pecado, que tire la primera piedra.
Reconociendo con humildad
que somos pecadores, pidamos a Dios, desde lo más íntimo
de nuestro corazón,
que nos perdone.
O bien:
7.
Reconociendo con humildad
que somos pecadores,
pidamos perdón a Dios de todo corazón.
O bien, pero sólo en los domingos y durante la octava de Pascua:
8.
En el día en que celebramos
la victoria de Cristo sobre el pecado
y sobre la muerte,
reconozcamos que estamos necesitados
de la misericordia del Padre
para morir al pecado
y resucitar a la vida nueva.
El domingo, especialmente en el Tiempo Pascual, en lugar del acto penitencial
habitual, en algunas ocasiones puede hacerse la hendición y aspersión del
agua en memoria del Bautismo.
FÓRMULA 1
Se hace una breve pausa en silencio. Después, todos dicen en común la
fórmula de la confesión general:
Yo confieso ante Dios todopoderoso
y ante ustedes, hermanos,
que he pecado mucho
de pensamiento, palabra, obra y omisión.
Y, golpeándose el pecho, dicen:
Por mi culpa, por mi culpa, por mí gran culpa.
Luego, prosiguen:
Por eso ruego a santa María, siempre Virgen,
a los ángeles, a los santos
y a ustedes, hermanos,
que intercedan por mí ante Dios,
nuestro Señor.
Sigue la absolución del sacerdote:
Dios todopoderoso
tenga misericordia de nosotros,
perdone nuestros pecados
y nos lleve a la vida eterna.
℟. Amén.
FÓRMULA II
Se hace una breve pausa en silencio. Después, el sacerdote dice:
Señor, ten misericordia de nosotros.
℟. Porque hemos pecado contra ti.
El sacerdote prosigue:
Muéstranos, Señor, tu misericordia.
℟. Y danos tu salvación.
Sigue la absolución del sacerdote:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
℟. Amén.
FÓRMULA III
Se hace una breve pausa en silencio.
Después el sacerdote o el diácono, u otro ministro, empleando éstas u otras
invocaciones, con el Señor, ten piedad (Kyrie, eléison), dice:
Tú que has sido enviado para sanar a los contritos
de corazón:
Señor, ten piedad. (o bien: Kyrie, eléison).
℟. Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eléíson).
El sacerdote:
Tú que has venido a llamar a los pecadores:
Cristo,
ten piedad. (o bien: Christe, eléison).
℟. Cristo, ten piedad. (O bien: Christe, eléison).
El sacerdote:
Tú que estás sentado a la derecha del Padre para
interceder por nosotros:
Señor, ten piedad. (o bien: Kyrie, eléison).
℟. Señor, ten piedad. (O bien: Kyrie, eléíson).
Sigue la absolución del sacerdote:
Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna.
℟. Amén.
__________________
OTRAS INVOCACIONES PARA LA TERCERA FÓRMULA
DEL ACTO PENITENCIAL
TIFMPO ORDINARIO:
I.
- Tú que eres el camino que conduce al Padre: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que eres la verdad que ilumina los pueblos: Cristo, ten
piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que eres la vida que renueva el mundo: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
II.
- Tú que eres la plenitud de la verdad y de la gracia: Señor,
ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que te has hecho pobre para enriquecernos: Cristo, ten
piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que has venido para hacer de nosotros tu pueblo santo:
Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
III.
- Tú que no has venido a condenar sino a perdonar: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que has dicho que hay gran fiesta en el cielo por un
pecador que se arrepiente: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que perdonas mucho a quien mucho ama: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
TIEMPO DE ADVIENTO:
I.
- Tú que viniste al mundo para salvarnos: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que nos visitas continuamente con la gracia de tu
Espíritu: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que vendrás un día a juzgar nuestras obras: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
II.
- Tú que vienes a visitar a tu pueblo con la paz: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que vienes a salvar lo que estaba perdido: Cristo, ten
piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que vienes a crear un mundo nuevo: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
III.
- Luz del mundo, que vienes a iluminar a los que viven en
las tinieblas del pecado: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Buen Pastor, que vienes a guiar a tu rebaño por las sendas
de la verdad y de la justicia: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Hijo de Dios, que volverás un día para dar cumplimiento
a las promesas del Padre: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
TIEMPO DE NAVIDAD:
I.
- Hijo de Dios, que, nacido de María, te hiciste nuestro
hermano: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Hijo del hombre, que conoces y comprendes nuestra
debilidad: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Hijo primogénito del Padre, que haces de nosotros una
sola familia: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
ll.
- Palabra eterna del Padre, por la que todo ha venido a la
existencia: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Luz verdadera, que has venido al mundo y a quien el
mundo no recibió: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Hijo de Dios, que, hecho carne, has acampado entre
nosotros: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
III.
- Tú que siendo rico te hiciste pobre: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que siendo fuerte te hiciste débil: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que siendo grande te hiciste pequeño: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
EPlfANÍA:
- Tú que te has manifestado a los pueblos: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que te has desposado con tu Iglesia: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que en el Jordán fuiste presentado como el Hijo muy
amado del Padre: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
TIEMPO DE CUARESMA:
I.
- Tú que fuiste tentado por el espíritu del mal: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú, Palabra del Padre, que venciste la tentación: Cristo, ten
piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que nos llamas a compartir tu victoria: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
II.
- Tú que conoces nuestros pensamientos: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que iluminas las tinieblas de nuestro corazón: Cristo, ten
piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
-Tú que nos exhortas a una sincera conversión: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
III.
- Tú que nos hiciste renacer por el agua y el Espíritu Santo:
Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que nos convertiste en nuevas creaturas: Cristo, ten
piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que nos invitas a renovar nuestro bautismo: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
CINCUENTENA PASCUAL:
I.
- Tú que has destruido el pecado y la muerte con tu
resurrección: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que has renovado la creación entera con tu resurrección:
Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que das la alegría a los vivos y la vida a los muertos con
tu resurreccíón: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
II.
- Tú, el Primogénito de entre los muertos: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú, el vencedor del pecado y de la muerte: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú, la resurrección y la vida: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
III.
- Tú que eres nuestro Buen Pastor resucitado: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que nos das la Vida en abundancia: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que nos congregas en un solo rebaño: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
ASCENSIÓN DEL SEÑOR:
I.
- Tú que eres el sumo sacerdote de la nueva Alianza: Señor,
ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que nos edificas como piedras vivas en el templo santo
de Dios: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que has ascendido a la derecha del Padre para enviarnos
el don del Espíritu: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
II.
- Tú que volviste junto al Padre: Señor, ten piedad.
℟. Señor, ten piedad.
-Tú que fuiste glorificado para siempre: Cristo, ten piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que nos haces ascender al cielo contigo: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
DOMINGO DE PENTECOSTÉS:
- Tú que resucitaste por obra del Espíritu Santo: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
- Tú que nos enviaste el Espíritu vivificador: Cristo, ten
piedad.
℟. Cristo, ten piedad.
- Tú que nos devolverás la vida gracias al Espíritu: Señor, ten
piedad.
℟. Señor, ten piedad.
__________________
Siguen las invocaciones Señor, ten piedad (Kyrie, eléison), si no se han
d icho ya en alguna de las fórmulas del acto penitencial:
℣. Señor, ten piedad. ℟. Señor, ten piedad.
℣. Cristo, ten piedad. ℟. Cristo, ten piedad.
℣. Señor, ten piedad. ℟. Señor, ten piedad.