25 de diciembre
NATIVIDAD DEL SEÑOR
Solemnidad
Misa de la Aurora
En la Navidad del Señor todos los sacerdotes pueden celebrar o concelebrar tres misas, con tal de que se celebren a su debido tiempo.
Antífona de entrada (Cf. Is 9, 1. 5; Lc 1, 33
)
Hoy brillará una luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Señor; y es
admirable su nombre: Dios, Príncipe de la paz, Padre perpetuo; y su reino
no tendrá fin.
Se dice Gloria.
Oración colecta
Concede, Dios todopoderoso,
a los que vivimos inmersos
en la nueva luz de tu Verbo hecho carne,
que lo que brilla por la fe en nuestro espíritu
resplandezca en nuestras obras.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos.
Primera lectura (Is 62, 11-12)
Un hijo se nos ha dado.
Lectura del libro de Isaías.
El Señor hace oír esto, hasta el confín de la tierra:
Digan a la hija de Sión:
Mira a tu salvador, que llega,
el premio de su victoria lo acompaña,
la recompensa lo precede».
Los llamarán «Pueblo santo», «Redimidos del Señor»,
y a ti te llamarán «Buscada», «Ciudad no abandonada».
Palabra de Dios.
Salmo responsorial (Sl 88)
℟. Hoy brillará una luz sobre nosotros, porque nos ha nacido el Señor.
El Señor reina, la tierra goza,
se alegran las islas innumerables.
Los cielos pregonan su justicia,
y todos los pueblos contemplan su gloria. ℟.
Amanece la luz para el justo,
y la alegría para los rectos de corazón.
Alegrense, justos, con el Señor,
celebren su santo nombre. ℟.
Segunda lectura (Tit 3, 4-7)
Según su propia misericordia, nos salvó.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a Tito.
Querido hermano:
Cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador y su amor al hombre, no por las obras de justicia que hubiéramos hecho nosotros, sino, según su propia misericordia, nos salvó por el baño del nuevo nacimiento y de la renovación del Espíritu Santo, que derramó copiosamente sobre nosotros por medio de Jesucristo nuestro Salvador, para que, justificados por su gracia, seamos, en esperanza, herederos de la vida eterna.
Palabra de Dios.
Aclamación antes del Evangelio (Lc 2, 14)
Aleluya, aleluya, aleluya.
Gloria a Dios en el cielo, y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad.
Evangelio (Lc 2, 15-20)
Los pastores encontraron a María y a José y al niño.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Lucas.
Sucedió que, cuando los ángeles se marcharon al cielo, los pastores se decían unos a otros:
«Vayamos, pues, a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha comunicado».
Fueron corriendo y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Palabra del Señor.
Se dice Credo. A las palabras: Y por obra... todos se arrodillan.
Oración sobre las ofrendas
Señor, te pedimos que estas ofrendas sean dignas
del misterio de esta Navidad que estamos celebrando,
para que, del mismo modo que resplandece como Dios
el engendrado como hombre,
estos dones terrenos nos comuniquen la vida divina.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Prefacio de Navidad.
Indicaciones para el uso de las plegarias eucarísticas I, II y III en las mismas páginas de los prefacio.
Antífona de comunión (Cf. Zac 9, 9)
Salta de gozo, hija de Sion; canta, hija de Jerusalén; mira que viene tu rey,
santo y salvador del mundo.
Oración después de la comunión
Concede, Señor, a quienes hemos celebrado
el nacimiento de tu Hijo con devoción gozosa,
conocer con plenitud de fe la profundidad de este misterio
y amarlo con la más ardiente caridad.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Fórmula de Bendición solemne (N2).