Plegaria Eucarística para diversas circunstancias III

 PLEGARIAS EUCARÍSTICAS QUE PUEDEN USARSE
EN LAS MISAS PARA DIVERSAS CIRCUNSTANCIAS

III
Jesús, camino hacia el Padre

La siguiente forma de esta Plegaria eucarística puede usarse convenientemente con los formularios de las Misas, por ejemplo, por la evangelización de los pueblos, por los cristianos perseguidos, por la patria o por la ciudad, por los que gobiernan, por la reunión de los gobernantes, al comienzo del año civil, por el progreso de los pueblos.

℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.

℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.

CP
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Padre santo, Señor del cielo y de la tierra, por Cristo, Señor nuestro,

Porque creaste el mundo por medio de tu Palabra y lo gobiernas todo con justicia. Nos diste como mediador a tu Hijo, hecho carne, que nos comunicó tus palabras y nos llamó para que lo siguiéramos; él es el camino que nos conduce a ti, la verdad que nos hace libres, la vida que nos colma de alegría.

Por medio de tu Hijo reúnes en una sola familia a los hombres, creados para gloria de tu nombre, redimidos por su sangre en la cruz y marcados con el sello del Espíritu.

Por eso, ahora y siempre, con todos los ángeles proclamamos tu gloria, aclamándote llenos de alegría:

Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.

El sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CP
Santo eres en verdad y digno de gloria, Dios que amas a los hombres, que siempre estás con ellos en el camino de la vida. Bendito es, en verdad, tu Hijo, que está presente en medio de nosotros cuando somos congregados por su amor, y como hizo en otro tiempo con sus discípulos, nos explica las Escrituras y parte para nosotros el pan.

Junta las manos y, manteniéndolas extendidas sobre las ofrendas, dice:
CC
Por eso te rogamos, Padre misericordioso, que envíes tu Espíritu Santo para que santifique estos dones de pan y vino,

Junta las manos y traza el signo de la cruz sobre el pan y el cáliz conjuntamente, diciendo:
de manera que se conviertan para nosotros en el Cuerpo y  la Sangre

Junta las manos.
de Jesucristo,  nuestro Señor.

En las fórmulas que siguen, las palabras del Señor deben pronunciarse claramente y con precisión, como lo requiere la naturaleza de las mismas palabras.
Él mismo, la víspera de su Pasión, en la noche de la Última Cena,

Toma el pan y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó pan, te bendijo, lo partió y se lo dio a sus discípulos.

Muestra el pan consagrado al pueblo, lo deposita luego sobre la patena y lo adora, haciendo genuflexión.

Después prosigue:
Del mismo modo, acabada la cena,

Toma el cáliz y, sosteniéndolo un poco elevado sobre el altar, prosigue:
tomó el cáliz, te dio gracias y lo pasó a sus discípulos.

Muestra el cáliz al pueblo, lo deposita luego sobre el corporal y lo adora, haciendo genuflexión.

Luego dice una de las siguientes fórmulas:
CP
Éste es el Misterio de la fe.

O bien:
Éste es el Sacramento de nuestra fe.

Y el pueblo prosigue, aclamando:
℟. Anunciamos tu muerte, proclamamos tu resurrección. ¡Ven, Señor Jesús!
__________________

O bien:
CP
Éste es el Misterio de nuestra fe, Cristo nos redimió.

Y el pueblo prosigue, aclamando:
℟. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz, anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.

O bien:
CP
Éste es el Misterio de la fe, Cristo se entregó por nosotros.

Y el pueblo prosigue, aclamando:
℟. Salvador del mundo, sálvanos, que nos has liberado por tu cruz y resurrección.

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Después el sacerdote, con las manos extendidas, dice:
CC
Por eso, Padre Santo, al celebrar el memorial de Cristo, tu Hijo, nuestro Salvador, a quien por su pasión y muerte en cruz llevaste a la gloria de la resurrección y lo sentaste a tu derecha, anunciamos la obra de tu amor, hasta que él venga, y te ofrecemos el pan de vida y el cáliz de bendición.

Mira con bondad la ofrenda de tu Iglesia, en la que se hace presente el sacrificio pascual de Cristo que se nos ha confiado, y concédenos, por la fuerza del Espíritu de tu amor, ser contados ahora y por siempre entre en número de los miembros de tu Hijo, cuyo Cuerpo y Sangre comulgamos.

C1
Vivifícanos con tu Espíritu, Padre omnipotente, por la participación en estos misterios, y haz que nos configuremos a imagen de Jesús; consolídanos en el vínculo de la comunión con nuestro Papa N., y nuestro Obispo N.,

Aquí se puede hacer mención del Obispo Coadjutor o Auxiliar.

con los demás obispos, presbíteros y diáconos, y con todo tu pueblo.

Haz que los fieles de la Iglesia sepan discernir los signos de los tiempos a la luz de la fe y se consagren plenamente al servicio del Evangelio. Concédenos estar atentos a las necesidades de todos los hombres para que participando en sus penas y angustias, en sus alegrías y esperanzas, les mostremos fielmente el camino de la salvación, y con ellos avancemos en el camino de tu reino.

C2
Acuérdate de nuestros hermanos (N. y N.), que se durmieron en la paz de Cristo y de todos los difuntos, cuya fe sólo tú conociste: admítelos a contemplar la luz de tu rostro y dales la plenitud de la vida en la resurrección.

Y, terminada nuestra peregrinación por este mundo, concédenos, también, llegar a la morada eterna donde viviremos siempre contigo y allí, con santa María, la Virgen Madre de Dios, con los apóstoles y los mártires, (con san N. santo del día o patronoy en comunión con todos los santos, te alabaremos y te glorificaremos

Junta las manos.
por Jesucristo, Señor nuestro.

Toma la patena con el pan consagrado y el cáliz, los eleva y dice:
CP o CC
Por Cristo, con él y en él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. 

El pueblo aclama:
℟. Amén.  

Después sigue el rito de la Comunión.