PREFACIO DE LA PENITENCIA
El sacramento de la reconciliación en el Espíritu
Este prefacio se puede decir en el tiempo de Cuaresma. Si dice también en las misas de reconciliación y en las otras misas de carácter penitencial.
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas.
En verdad es justo alabarte y darte gracias,
Padre santo, Dios todopoderoso,
por tus beneficios,
sobre todo por la gracia del perdón.
Al hombre, náufrago a causa del pecado,
con el sacramento de la reconciliación
le abres el puerto de la misericordia y de la paz,
en Cristo muerto y resucitado.
Con el poder de tu Espíritu,
has dispuesto para la Iglesia,
santa y al mismo tiempo necesitada de penitencia,
una segunda tabla de salvación después del Bautismo,
y así la renuevas incesantemente,
para congregarla en el banquete festivo de tu amor.
Por ese don de tu benevolencia,
unidos a los ángeles y a los santos,
contamos, a una voz, el himno de tu gloria:
Al final del prefacio junta las manos y, en unión con el pueblo, concluye el mismo prefacio, cantando o diciendo con voz clara:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.