PREFACIO I DE LOS APÓSTOLES
Los apóstoles, pastores del pueblo de Dios
Este prefacio se dice en las misas de los Apóstoles, principalmente en las de san Pedro y san Pablo.
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso.
Porque nunca abandonas, Pastor eterno, a tu rebaño,
sino que por medio de los santos Apóstoles
lo proteges y conservas,
y quieres que tenga siempre por guía
la palabra de aquellos mismos pastores
a quienes tu Hijo dio la misión
de anunciar el Evangelio.
Por eso,
con los ángeles y arcángeles
y con todos los coros celestiales,
cantamos sin cesar el himno de tu gloria:
Al final del prefacio junta las manos y, en unión con el pueblo, concluye el mismo prefacio, cantando o diciendo con voz clara:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.