PREFACIO I DE SANTA MARÍA VIRGEN
La maternidad de María
Este prefacio se dice en las misas de la Santísima Virgen, añadiendo en su lugar (***) la mención de la celebración del día, según se indica en cada misa.
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas.
En verdad es justo y necesario,
es nuestro deber y salvación
darte gracias
siempre y en todo lugar,
Señor, Padre santo,
Dios todopoderoso y eterno.
Y alabar, bendecir y proclamar tu gloria
en la (***) de santa María, siempre virgen.
Porque ella concibió a tu único Hijo
por obra del Espíritu Santo,
y, sin perder la gloria de su virginidad,
derramó sobre el mundo la luz eterna,
Jesucristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles
y todos los coros celestiales
celebran tu gloria, unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:
Al final del prefacio junta las manos y, en unión con el pueblo, concluye el mismo prefacio, cantando o diciendo con voz clara:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.