Prefacio II de la Unción de los enfermos

PREFACIO II DE LA UNCIÓN DE LOS ENFERMOS
Cristo venció el sufrimiento y la muerte

Este prefacio se puede decir en las misas de unción de los enfermos.

℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.

℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.

℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.

El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas.
En verdad es justo y necesario darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno, porque en Cristo, que sanó a los enfermos, nos revelaste tu poder eficaz y tu compasión constante. 

En su gloriosa resurrección tu Hijo venció el sufrimiento y la muerte, y nos dejó en herencia la promesa de un mundo nuevo y glorioso, en donde ya nunca nos afligirá ningún dolor del cuerpo ní angustia del espíritu. 

Con el don de tu Espíritu Santo tú nos bendices ya desde ahora dándonos aliento y salud, fortaleza y esperanza, el perdón y la paz. 

En este supremo sacramento de tu amor, tú nos das el cuerpo resucitado de tu Hijo Jesucristo, como primicia de lo que también nosotros llegaremos a ser cuando él vuelva al final de los tiempos. 

Con júbilo y alegría nos unimos a los ángeles y a los santos en el gran cántico de la creación, proclamando:

Al final del prefacio junta las manos y, en unión con el pueblo, concluye el mismo prefacio, cantando o diciendo con voz clara:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo. 

Prosigue la Plegaria Eucarística.