PREFACIO IV DE CUARESMA
Los frutos del ayuno
Este prefacio se dice en las Misas de los días feriales de Cuaresma y en los días penitenciales.
℣. El Señor esté con ustedes.
℟. Y con tu espíritu.
℣. Levantemos el corazón.
℟. Lo tenemos levantado hacia el Señor.
℣. Demos gracias al Señor, nuestro Dios.
℟. Es justo y necesario.
El sacerdote prosigue el prefacio, con las manos extendidas.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación, darte gracias siempre y en todo lugar, Señor, Padre santo, Dios todopoderoso y eterno.
Porque con el ayuno corporal
refrenas nuestras pasiones,
elevas nuestro espíritu,
nos das fuerza y recompensa,
por Cristo, Señor nuestro.
Por él,
los ángeles y los arcángeles
y todos los coros celestiales
celebran tu gloria,
unidos en común alegría.
Permítenos asociarnos a sus voces
cantando humildemente tu alabanza:
Al final del prefacio junta las manos y, en unión con el pueblo, concluye el mismo prefacio, cantando o diciendo con voz clara:
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el cielo.